LAS PISTAS DE BLAKE

Las Pistas de Blue es un programa televisivo que demuestra que no todo en esa caja es idiota. Orientado a niños en edad preescolar, el programa enseña los rudimentos del pensamiento lógico: las huellas de Blue, que es un perrito azul, desaparecen justo en la puerta del closet, ¿dónde está Blue?, pregunta el animador- ¡¡¡en el closet!!! responden a coro los avezados parvulitos.



Tal vez no sea mala idea encerrar una semana a todo el gabinete de Calderón a ver el programa Las Pistas de Blue, seguramente aprenderían algo; con la ventaja adicional de que durante esa semana, por estar encerrados, el sufrido pueblo mexicano estará libre de sus burradas. ¡una semana entera! Además, después de esos días saldrían duchos en seguir pistas y podrían responder cuestiones tan interesantes como: ¿dónde está el Chapo?, o tal vez, ¿dónde quedó la legitimidad?, o mejor aún, ¿dónde quedaron los 34 mil millones de pesos de la cuenta pública de 2008? que, según la Auditoría Superior de la Federación, se esfumaron sin dejar rastro.

Pero el motivo de estas notas es seguir las pistas de Blake (José Francisco), el nuevo secretario de Gobernación. ¿Qué méritos tiene José Francisco Blake Mora, antiguo compañero de legislatura y de parrandas de Calderón, para saltar de un puesto de segundo nivel estatal a dirigir la gobernación nacional? Muchos han considerado que este movimiento en el gabinete es motivado sólo por el amiguismo y la caquistocracia beoda de Calderón (el diccionario no muerde). Pero es posible que ese movimiento - el nombramiento de Blake - además del cuatismo y la nostalgia de aquellas noches (¡qué noches!), represente un punto de inflexión en el tratamiento del narco por parte del gobierno federal. Veamos:



Durante el paso, recién concluido, de Blake por la secretaría de gobierno de Baja California sucedieron dos cosas fundamentales: Primero, el PAN perdió frente al PRI todos los municipios, todos, en las recientes elecciones; además perdió 13 de 16 diputaciones, para regresar así, el PAN, a su nivel de aceptación electoral de hace 20 años. En segundo lugar sobrevino una asombrosa, por repentina, pacificación de Tijuana. De un día para otro disminuyeron sensiblemente las ejecuciones. Por fin, en algún lugar de la república, la estrategia funciona. El narco, ¿derrotado? El modelo Colombia ¡funciona!



Los grupos de narcos que disputaban la plaza en Tijuana parecen haber pactado. Después de la captura del “Teo” y el “Muletas”, principales operadores del Chapo, las ejecuciones se redujeron al grado que Tijuana ya no ocupa titulares en los reportes de la matanza diaria que se vive en todo el país. Esas capturas, significativamente, se lograron sin disparar un tiro. Los términos del pacto entre quienes se disputaban Tijuana no son conocidos, pero las consecuencias de tal pacto son notorias: en primerísimo lugar, la reducción sensible de los asesinatos con la marca del narco.



¿Será posible que el señor Blake vaya a Gobernación a intentar que la solución, que parece haberse encontrado en Tijuana, se aplique en otras plazas en disputa? Si así fuera, significará que Calderón ya reconoció su derrota; pues ha sido evidente, y así lo han afirmado personajes como el panista Manuel Clouthier jr, que la estrategia de Calderón era limpiarle el terreno a uno de los cárteles, eliminando o sometiendo a sus rivales.



O sea que Pinky pretende cambiar de Cerebro. Expliquemos: Pinky-Calderón ha sido llevado por Cerebro-García Luna (Genaro) hacia una estrategia de confrontar a los rivales del Chapo, expulsarlos de sus territorios o definitivamente exterminarlos. Evidentemente esa estrategia falló. Lejos de lograr imponer al capo predilecto, la violencia ha estallado en todo el país, multiplicando el derramamiento de sangre, mucha de ella inocente. Pero Pinky-Calderón tiene un nuevo Cerebro, José Francisco Blake, el nuevo secretario de Gobernación.



Es el mismo Blake que entregó toda la Baja Norte al PRI, es cierto; pero también es quien pudiera traer bajo el brazo la fórmula para pacificar algunas plazas en narco-disputa. Ya no alcanza la fuerza ni el tiempo para continuar con la estrategia, es un decir, de García Luna. El sexenio se adentra ya en su recta final y Pinky Calderón se debilita a cada día. La pacificación pactada de algunas plazas, es lo más que pudiera lograr Calderón hacia el final de su sexenio. Hacia allá apuntan Las Pistas de Blake, al tiempo. Ahora sólo falta que los narcos quieran.



Hasta aquí las notas. Sirvan estos últimos renglones para acompañar el dolor de los hermanos Catalina, José Luis y Arturo Soto quienes, igual que el estimado César Lucero, viven la inmensa pena del fallecimiento de su señora madre.



Martín Vélez

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