Pirámides, telarañas y combos de cumbres

Michel Balivo

(El niño Jesús colectivo)

Como una señal más de los nuevos y acelerados tiempos que corren,
esta semana se realizó durante dos días en Bahía, Brasil, un combo de
cumbres en seguidilla que agrupó a los presidentes de 33 países
latinoamericanos. Fue la primera auto convocatoria latinoamericana
plena, realizada fuera de la OEA, la ONU y EEUU y sin su presencia.
Al mismo tiempo la OPEP y Rusia por primera vez de mutuo y simultáneo
acuerdo, decidían recortar dos y medio millones de barriles diarios
más de su producción, anunciando que los recortes continuarían hasta
que los precios se estabilizaran. Un tal señor Madoff era delatado por
sus hijos, en una estafa de cincuenta mil millones de dólares mediante
una vulgar pirámide elitesca, poniendo aún más en evidencia las
maravillas de la autorregulación del mercado.
En Venezuela, una cadena humana hizo de pasamano para transportar
envueltas en papel de regalo, las cajas con las cuatro millones
ochocientos mil firmas recogidas a favor de la enmienda
constitucional, para que los presidentes puedan ser reelectos cuantas
veces sus electores lo deseen.
Estas firmas fueron recogidas en menos de una semana y son más del
doble de las recogidas por la oposición para activar el referendo
revocatorio anterior. El 5 de enero comenzará la segunda etapa de
recolección de firmas, que solo son para apoyar a la decisión de la
Asamblea Constituyente que aprobó en primer debate la enmienda.
Hay particulares momentos, en que la mente humana establece conexiones
inusuales entre sus contenidos. Por lo general, esos momentos ponen
los fundamentos de lo que luego se verifica como cambios conductuales.
Cuando esos cambios conductuales suceden colectivamente en grandes
coyunturas cíclicas de la historia, se les llama revoluciones, fines o
principios de civilizaciones.
Algo similar me sucedió hoy, sentado en el fondo de la vivienda donde
cultivo lo que podríamos llamar un mini vivero frutícola. De repente
mi atención se quedó fijada en una araña que descolgándose de un hilo
de su red, como quien desciende de una montaña, ampliaba su tejido. La
diferencia es que la araña "sacaba de si" el delicado hilo o hebra de
su tejido.
Y además estaba construyendo su casa y hábitat, pues allí iba a vivir,
a satisfacer sus necesidades, a reproducirse y criar sus descendientes
y continuadores. Recordé entonces un artículo científico leído tiempo
atrás, donde se estudiaba el entorno de los cangrejos para averiguar
de donde obtenían las sustancias calcáreas necesarias a recrear su
caparazón desprendido.
No había rastros de esas sustancias en kilómetros a la redonda, por lo
cual la única conclusión posible fue que al igual que las arañas,
metabolizaban, sintetizaban esas sustancias. No las tomaban del
entorno como nosotros tomamos arcilla para moldear utensilios, sino
que más bien, como los dioses las sacaban de sí para moldear sus
criaturas a imagen y semejanza.
Eso rompe totalmente nuestras concepciones mecánicas y cosificadas de
la creación así como de las criaturas separadas de sus
creadores, hechas con sustancias del entorno, del mismo modo como
nosotros construímos utensilios o máquinas que se desgastan y han de
ser reparadas o cambiadas completamente.
Para entrar de lleno en la categoría de organismos capaces en cierta
medida de auto repararse, reproducirse, así como asimilar e integrar
los cambios de su entorno, inclusive de adaptar su cuerpo en
diferentes profundidades a la dinámica de tales cambios. Me encontré
entonces preguntándome si los seres humanos metabolizábamos y
segregábamos alguna sustancia.
Comenzaron a llegarme las imágenes de la cumbre del Grupo de Río. Allí
se invitó e incorporó como miembro de honor a Cuba, representado por
su ahora presidente Raúl Castro, justo cuando va a comenzar a celebrar
cincuenta años de su revolución. Cincuenta años atrás fue Venezuela
por boca de su entonces presidente Rómulo Betancourt, quien presentó
la moción para que Cuba fuese excluida de la OEA.
Nadie movió un dedo ni dejó oír su voz para defenderla, todos apoyaron
la moción. Hoy aquél modelo llegó a los límites de sus posibilidades y
hace crisis conmoviendo los fundamentos de toda su arquitectura
económica global, y no hay ideología a salvo de sus estertores.
Tanto es así que aún los pocos países que continuan apoyando ese
modelo que muere y pretende arrastrarlo todo con el, no tuvieron otra
alternativa que secundar entusiastamente la bienvenida a Cuba, así
como las múltiples propuestas acerca de que es necesario cambiar ese
orden de cosas si es que no deseamos que nos lleve al cementerio junto
con el.
¿Es eso cinismo, falsedad, o la entrada en escena de las ineludibles
exigencias estructurales de la vida real, que no respeta posturas ni
deseos personales? ¿Cómo sucede que hechos como la represión de todo
un pueblo, en este caso el cubano por cincuenta años, de repente sale
de la copresencia para afluir a la presencia atencional y encontrarse
con circunstancias e interpretaciones totalmente diferentes? Para no
hablar de quinientos años de represión indígena.
¿Cómo es que frías y rígidas constituciones, leyes e instituciones,
que cual dioses o seres superiores imperan en el empíreo imponiéndose
férreamente a las criaturas mortales, masacrándolas para asegurarse su
maquinal continuidad, de repente comienzan a ser revisadas y
transformadas para adaptarlas cual suave y moldeable arcilla a las
necesidades de lo orgánico, blando, tierno, viviente?
¿Cómo es que naciones que nunca han estado en cercana relación ni se
han puesto jamás de acuerdo de cuanto son dos más dos, de repente sin
el menor preámbulo ni esfuerzo apuntan en la misma dirección como
perros de caza señalando la presa?
¿Cómo es posible que seres humanos siempre postergados y tratados
crecientemente como mercancías desechables, súbitamente se conviertan
en el centro de todo objetivo y aparezcan voluntades que reorientan
todos los beneficios de la nación para invertirlos en misiones al
servicio de las necesidades de los más desprotegidos socialmente, como
si al mundo hubiese llegado el niño Jesús colectivo?
Tal vez sean señales de los cielos y dioses de otrora que ya no
sabemos interpretar. Por eso al mismo tiempo que todo esto sucede, se
desmorona el símbolo de la organización que muere. La pirámide
elitesca del tal Madoff, construida como la torre de Babel sobre las
espaldas de los organismos vivientes para soportar representaciones
abstractas, virtuales, mecánicas.
Una transferencia de energía vital, trabajo, bienes y capitales, desde
las bases orgánicas hacia una cúpula que se reduce camino de los
cielos como cuello de botella o embudo. Un dios simbólico que llamamos
dinero, que en otro tiempo fue oro y brilló como el fuego, como las
estrellas, como la luz del sol encandilando, deslumbrando, seduciendo
la joven mente y miradas humanas. Como la olla de oro a la pata de los
arco iris o los unicornios.
¿Cómo, cómo, cómo? Siglos acumulando preguntas y más preguntas, dudas
y más dudas. Tal vez se trate de una escena como la de una película
que vi años atrás, donde una prostituta responde que no, al pedido de
matrimonio de un enamorado que iba noche tras noche al burdel. El
desilusionado y deprimido pregunta, ¿por qué no?
"Porque en medio de la noche poblada de vahos de alcohol yo soy como
una reina, como una diosa que se desplaza bailando en tus brazos,
flotando entre nubes de humo de cigarrillos. Pero ante el primer rayo
del sol me deshilacharé como todo sueño, hasta que no quede sino una
lejana y sentida sensación de mi, que por mucho que te esfuerces ya no
podrás recordar."
Cuando el sol brilla y se eleva en el horizonte la oscuridad huye
avergonzada, las formas se definen y cada cosa es tiránicamente lo que
es. Un pordiosero ya no puede ser un rey, ni una prostituta una diosa,
ya los gatos dejan de ser todos pardos. Cuando la joven mente humana
despierta al mundo, siente la libertad que palpita en su ser,
reflejada ahora en mirada de la inmensidad y multiplicidad infinita de
formas del cosmos.
Asustada y desorientada comienza a tejer redes de tiempo en las que
atrapa, relaciona y proyecta valores, que superpone a los objetos que
su conciencia organiza con la información que sus sentidos le entregan
del paisaje. Ninguna de las relaciones que establecemos entre personas
y cosas, ni hablar de constituciones e instituciones, existe, puede
verse ni tocarse en el paisaje. Nada tiene un nombre ni mucho menos
etiqueta de lo que vale.
Y es justamente en y dentro de esas redes de tiempo que respiramos,
soñamos y vivimos. Tiempos y valores que giran sobre si mismos y se
convierten en sus opuestos, como si los miráramos en un cuarto de
espejos. En el centro del cuarto está la muerte. La muerte de la
mirada que deslumbrada con las etiquetas, cree que todo es
tiránicamente lo que es y jamás puede convertirse en algo diferente y
opuesto.
A siempre es igual a A y no puede ser B. Dos más dos siempre da cuatro
y nunca cinco. Por tanto las abstracciones en su fijeza comienzan a
sustituir y hacen que dé espaldas a lo tierno y cálido. Y desde
entonces camina crecientemente hipnotizada hacia lo muerto. Ahora su
dinámica y móvil intimidad es la oscura y temida noche de la que desea
alejarse.
Pero sucede como cuando creyendo caminar hacia la abstracción que es
el norte, como el mundo es redondo, cuanto más crees alejarte del sur
más te acercas. Del mismo modo creyendo acercarte a la muerte, termina
resultando que el supuesto mundo estático comienza a moverse
inesperadamente bajo tus pies, a convertirse ante tu mirada en lo que
es imposible que suceda según tus hábitos y creencias.
Cuando un modelo mental, (que no es sino una de nuestras criaturas,
"sacada de nosotros" cual hilo o red del hombre araña), llega al
límite de sus posibilidades, entonces del mismo modo que un loco no es
sino una exageración de nuestras taras desapercibidas, de nuestra
"normalidad", ahora queda en evidencia ante nuestras miradas su
estructura o forma mental.
Suceden entonces los descalabros de la economía global y las pirámides
elitescas. Pero ese modelo, esa organización mental abstracta no puede
ya avanzar en la misma dirección por mucho que los hábitos intenten su
continuidad. Por tanto desde lo viviente, desde la estructuralidad
orgánica, comienzan a brotar nuevas imágenes y visiones, a
establecerse nuevas conectivas.
Y aunque no sepamos cómo ni de qué modo, una nueva sensibilidad y
dirección de hechos se abre camino sin importar en que bando juegues o
que sistema de intereses creas defender. Yo personalmente creo que por
mucho que la mona se vista de seda mona se queda. Ningún dirigente se
da cuenta ni tiene la menor idea de qué está sucediendo, ni muchos
menos en consecuencia saben qué hacer al respecto.
Solo hacen como los médicos, se supone que son una autoridad, están
nimbados de un halo de sabiduría, todos los miran esperando una
respuesta tranquilizadora, salvadora. Así que aunque sean tan
ignorantes como todos, nos satisfacen dando una respuesta para que
volvamos a la tranquilidad del avestruz que entierra nuevamente su
cabeza en los sueños.
Nuestras redes temporales y la dialéctica del modelo agotado, han sido
desbordadas por los acontecimientos globales. Por eso la
estucturalidad, la simultaneidad, lo indeterminado para nuestros
hábitos y creencias entra en escena sorprendiéndonos. No importa lo
que hagas o creas estar haciendo, los hechos desencadenados tienen una
dinámica propia, trascendente a las viejas intenciones e intereses.
Es algo así como eso que llamamos agua, que es líquida y fluyente por
debajo de los cien grados. Pero entonces basta un grado más para que
se convierta en una naturaleza gaseosa y expansiva, irreconocible para
nuestros sentidos fijados en su anterior apariencia. Solo que en este
caso es toda una condición de vida la que se acelera e intensifica.
En estas circunstancias yo no veo otra alternativa que maravillarse
ante lo inesperado y sintonizándose con ello dejarse llevar, acompañar
atentamente el curso, la creciente correntada de los acontecimientos.
Porque la otra alternativa es aterrarse ante lo inesperado para
nuestros hábitos fijados, aferrarse a lo que solo existe ya en nuestra
memoria como a las rocas de la orilla, intentando resistirse a lo
inevitable.
La diferencia entre una y otra actitud, esta en caer en cuenta de que
todo aquello a lo que intentemos aferrarnos, no será sino redes y
casilleros mentales que "sacamos y proyectamos de nosotros",
información de sentidos organizada por la mente o conciencia como
objetos y valores del paisaje externo.
Y ahora resulta que creyendo avanzar hacia tales objetivos, o huir de
nuestros temores a la libertad visualizada como inmensidad, en la cual
intentamos orientarnos y encontrar sentidos, terminamos chocando con
la vitalidad, movilidad y transformismos de un mundo que trasciende
nuestros casilleros siempre iguales a si mismos.
Sin embargo, por extraño y sorprendente que pueda parecernos este
acontecer, no deja de ser información de sentidos organizada por
nuestra conciencia y proyectada sobre esa red o espejo mental que
llamamos mundo. De ese modo, un pueblo reprimido y desoído por
cincuenta años, puede ahora ser incluido cual miembro de honor entre
aclamaciones.
Las misiones bolivarianas que distribuyen los excedentes producidos,
pueden ser experimentadas como bienes que se le regalan a gente que no
se esfuerza para nada por merecerlos. Pero también como lo generosidad
y el disfrute que experimentas regalando lo mejor de ti en una noche
de navidad colectiva a los seres que aprecias.
El mundo y la vida toda puede ser experimentada como una gracia, un
regalo del niño Jesús, que no has hecho nada para ganar ni requiere
tampoco por tanto que hagas cuentas para regalarlo y compartirlo. Dos
más dos pueden ser de todos modos cuatro, pero no será el mismo el
disfrute de regalarlo generosamente que el de recibirlo o quitarlo.
Porque aunque los frutos cuajados de la vida se ingieran, esta fluye y
crece siempre desde dentro hacia fuera.
Termino contándoles un experimento fascinante de la neurociencia de
los años treinta. Estimulando con una aguja eléctrica la corteza
cerebral del paciente, este comenzaba a experimentar con gran nitidez
y realidad escenas de su memoria, sintiéndose como si estuviese en un
lugar distante viviéndolo de nuevo. A la vez que estaba plenamente
conciente que descansaba sobre una mesa de operaciones. Con esto y un
"zapatazo" colectivo, despedimos el año y el modelo mental que
agonizan.


--
Michel Balivo

Comentarios

Entradas populares de este blog

DADIVA RIDICULA A FUNDACION ALTRUISTA

AQUI YACE LA LUZ

¡EXTRA! ¡EXTRA! Los PANdilleros y Osuna en mega fraude ¡EXTRA!