Jesus Ortega (a) El Chucho Mayor

Dejan PRD alcalde de Chalco y militantes mexiquenses
El edil y cientos de ex simpatizantes del sol azteca protestaron como nuevos militantes de Convergencia, en un acto realizado ante la sede de este partido en el Distrito Federal.

Notimex / La Jornada On Line
Publicado: 29/11/2008 12:40

México, DF. El presidente de la Comisión Técnica Electoral (CTE) del PRD, Iván Testa, confirmó este sábado la renuncia a ese partido del alcalde de Chalco, Vicente Onofre Vázquez, quien se integrará a las filas de Convergencia.

Para llevar a cabo la adhesión a ese partido, Onofre y un grupo de ex perredistas del Estado de México marcharon a la sede de Convergencia donde tomaron protesta de manera simbólica en un acto en el que fue instalado un templete frente a la sede de ese partido.

Allí, Onofre criticó al Partido de la Revolución Democrática (PRD), instituto que, dijo, nunca atendió sus demandas.

Luego del fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que dio el triunfo a Jesús Ortega en el proceso interno para renovar la dirigencia nacional perredista, algunos militantes decidieron renunciar al partido del sol azteca.

El jueves, Gerardo Fernández Noroña abandonó las filas del partido junto con María Fernanda Campa, hija del líder ferrocarrilero Valentín Campa y consejera emérita, así como Horacio Flores Flores, quien dirigía al PRD en Nuevo León.

Les anexo para su información, nuestras razones para renunciar al PRD.

Saludos cordiales

Maria Fernanda, Gerardo y Horacio

Les anexo para su información, nuestras razones para renunciar al PRD.

Saludos cordiales

Maria Fernanda, Gerardo y Horacio

A la militancia perredista
A la opinión pública
Al pueblo de México

“De la miseria sucia nacen las políticas sucias:
el hecho de no impedirlas, incluso
modestamente, equivale a contribuir a ellas”
Michel Onfray

1. La imposición de Jesús Ortega Martínez al frente del PRD es moral,
política y éticamente inaceptable. Asumir ésta equivaldría a aceptar
que la traición, la corrupción, el cinismo y el ponerse al servicio del
gobierno usurpador, sean las formas de hacer política de la izquierda
mexicana.
2. Permanecer en el PRD frente a ese atropello mayúsculo, sería
convalidar esas prácticas deleznables y tratar como compañeros a
quienes son ya parte activa de la derecha mexicana.
3. Sería además, ser cómplices de quienes simulando ser opositores,
construyen día a día acuerdos con el PRI y el PAN para sumir al
pueblo de México en una mayor miseria, hambre y desesperanza,
asumiendo políticas contrarias a los intereses de la mayoría de los
mexicanos.
4. Sería ser parte de un proceso de profundización del deterioro y
desmantelamiento del mayor partido político de izquierda electoral
en México.
5. Continuar en el PRD equivale a validar la imposición de Ortega
Martínez materializada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial
de la Federación, imposición que es el pago a servicios prestados al
gobierno usurpador por Nueva Izquierda y sus aliados dentro del
PRD.
6. Tolerar esa seudo dirección al frente del Partido, es asumir que se
está de acuerdo con su política de reconocimiento del gobierno de
facto, de entrega de PEMEX a las transnacionales del petróleo; sería
compartir la política perversa de minar desde dentro al movimiento
de resistencia al gobierno usurpador y de reventar al principal
liderazgo de la izquierda en México y en general, a todo el
movimiento social que se ha pronunciado en contra de las iniciativas
privatizadoras y entreguistas del gobierno de la usurpación.
7. Continuar en el PRD significa convalidar la tarea del tribunal
electoral de violentar el voto ciudadano, legalizar fraudes electorales,
de construcción de falsos triunfos y de gran simulador de procesos
legales.
8. Seguir militando en el PRD significaría la aceptación del control
absoluto de los partidos opositores en México, al asumir como válida
la injerencia del Tribunal en la vida interna de los partidos,
torciendo los resultados de sus elecciones internas, rechazando las
decisiones de sus instancias.
9. Mantener nuestra tarea en el PRD implica aceptar la alianza entre
Nueva Izquierda y el gobierno usurpador. Representa convalidar que
con esa imposición, el control del partido esté en manos de una
burocracia corrupta, incapaz y popularmente repudiada.
10. No podemos permanecer en el PRD y asumir impávidos que Ortega
Martínez dé los pasos faltantes para el reconocimiento formal del
gobierno usurpador por parte del Partido.
11. Continuar en el PRD es aceptar la entrega de PEMEX a las
transnacionales del petróleo y apoyar, se quiera o no, a una dirección
que convalida las políticas impopulares instrumentadas por el
calderonismo y que sostiene, con su servilismo y miopía, o con
franca traición, a un gobierno que se cae solo y a jirones.
12. Seguir trabajando para el PRD es olvidar que el 16 de marzo de este
año, se realizaron elecciones internas en el Partido y que, a pesar de
las prácticas fraudulentas que se efectuaron durante la jornada
electoral principalmente en favor de Ortega, la militancia emitió su
voto mayoritariamente en favor de Alejandro Encinas para
presidente del PRD.
13. Continuar en el PRD implica olvidar que la misma noche del citado
domingo de marzo, Mitofsky e IMO, emitieron los resultados del
conteo rápido que daba un amplio margen de triunfo a Encinas. Que
la mañana del 17 de marzo, las primeras planas de casi todos los
diarios nacionales reconocían la derrota de Ortega, al igual que los
medios electrónicos masivos de comunicación (radio y televisión,
nacional y local).
14. Militar en el PRD representa pasar por alto que durante varias
semanas, Nueva Izquierda y sus aliados dentro del Partido, con la
ayuda de los medios de comunicación y en acuerdo con el gobierno
usurpador, se dedicaron a desconocer su derrota, a desacreditar el
proceso interno y a intentar construir una falsa imagen de triunfo,
objetivo que por cierto, nunca consiguieron.
15. Reconocer a la dirigencia impuesta por el tribunal electoral sería
olvidar que las instancias del Partido prefirieron, frente a la
imposibilidad de declarar ganador a Ortega, anular la elección
interna, después de meses de litigio y de reventar una a una, cada
instancia interna del partido (órgano electoral, presidencia del PRD,
Comisión Nacional de Garantías, Comité Ejecutivo y Consejo
Nacional).
16. Permanecer en el PRD sería como pretender olvidar que se premió
al colaboracionismo de Nueva Izquierda y sus aliados con el
gobierno usurpador, al reconocer a la dirigencia de Acosta Naranjo
surgida de una reunión en que se suplantó al VI Consejo Nacional
del PRD y mediante maniobras, se apropiaron de la presidencia y la
secretaría general nacionales, ello a pesar de ser un grupo minoritario
que además había sido derrotado en las elecciones del 16 de marzo
de este año.
17. Continuar en el PRD representa convalidar el paso del
colaboracionismo a la traición que la dirección de Acosta Naranjo
materializó. Ese paso se dio al aprobar junto con el PRI y el PAN la
entrega de PEMEX y del petróleo de los mexicanos a las
transnacionales petroleras, y de la institucionalización de la política
de ataque permanente al movimiento popular y progresista del país y
al principal liderazgo que tiene la izquierda mexicana.
18. Formar parte del PRD en estos momentos, sería pretender no ver que
bajo la dirección de Acosta, Ni se quitó la careta y a la par que
formalizaba las relaciones con el gobierno usurpador a través del
finado Mouriño, arreciaba los ataques contra Andrés Manuel López
Obrador y el movimiento popular que encabeza, del cual el PRD
forma parte fundamental.
19. Mantenerse en el PRD significa perdonar el colaboracionismo
(preámbulo de la franca traición), que inició con la decisión de
permitir la toma de protesta de Calderón el 1º de diciembre de 2006
y que quizás se fraguaba en las críticas veladas y malintencionadas
contra la resistencia al fraude electoral en los meses posteriores a las
elecciones presidenciales del 2 de julio del mismo año.
20. No salirse del PRD equivale a pasar por alto el colaboracionismo que
fue avanzando abiertamente en las voces del senador que se esconde
tras el seudónimo de René Arce, de su hermano Víctor Hugo Círigo,
del delegado en Iztapalapa, Horacio Martínez Meza y de los
diputados federales Francisco Santos Arreola de Tultitlán y Antonio
Soto de Michoacán. Primero fueron voces aisladas, voces que fueron
creciendo con la llegada de Ruth Zavaleta a la Presidencia de la
Cámara de Diputados.
21. Continuar en las filas del PRD es dejar atrás todas las señales del
trabajo de zapa que se ha gestado contra el movimiento, labor que se
manifestó con las visitas a la residencia oficial de “Los Pinos”.
Primero con Tonatiuh Bravo (sin foto y de manera discreta) y
después con foto y difusión del Senador Héctor Bautista. Todo
encaminado a ir allanando el camino del reconocimiento de quien
usurpa la presidencia de la República.
22. Permanecer en el PRD sería no reconocer que la línea vigente en el
Partido es la del desconocimiento del gobierno usurpador y que, a
pesar de ello, Nueva Izquierda y sus aliados han trabajado
intensamente en contra de la línea y los intereses del PRD y del
movimiento. Las visitas y declaraciones en favor de Calderón fueron
actos fallidos que tuvieron que ser desconocidos y condenados en su
momento, aún por Nueva Izquierda.
23. Continuar en el PRD implica olvidar que Nueva Izquierda no
descansó y nuevamente, intentó reconocer a Calderón en el X
Congreso Nacional del Partido. Bajo la falacia de debatir con
Calderón en su informe de gobierno, Nueva Izquierda y sus aliados
pretendieron reconocer a Calderón después de haber aprobado por
unanimidad la ratificación del desconocimiento del gobierno de facto
que éste encabeza, decisión que por cierto, sigue vigente y que violan
de manera sistemática y permanente.
24. Actuar en el PRD como si nada pasara, sería olvidar que en el citado
Congreso, la decisión de reconocer a Calderón fue defendida por los
senadores Carlos Navarrete y Pablo Gómez y que ese mayoriteo nos
obligó a salirnos del mismo a cerca de cuatrocientos delegados del X
Congreso, hecho que llevó a Nueva Izquierda a rectificar y a
rechazar el reconocimiento o debate alguno con Calderón.
25. Mantenernos en el PRD significa compartir la política servil y
contraria a la línea del Partido que desarrollan los gobernadores
electos bajo las siglas del PRD.
26. Continuar en el PRD nos obligaría a olvidar que todavía el seis de
mayo de este año, el diputado federal Francisco Javier Santos
Arreola tuvo que retractarse de sus halagos y reconocimiento a
Calderón en la residencia oficial de “Los Pinos”, y tuvo que hacerlo,
porque el colaboracionismo seguía sin tener cabida en el Partido, a
pesar de los avances que en los hechos, esta política colaboracionista
venía logrando. En su momento, el citado diputado fue amonestado
por su conducta.
27. Militar en el PRD exigiría contemporizar con quien en su esfuerzo
por encabezar el Partido a cualquier costo, pasó del
colaboracionismo a la franca traición. De hecho, con la llegada de
Acosta Naranjo a la dirección del Partido, Nueva Izquierda dejó de
lado todo pudor y la voz de éste, la de Jesús Zambrano, la del propio
Ortega Martínez y la de Carlos Navarrete siempre de manera
hipócrita, se sumaron abiertamente al servicio del gobierno
usurpador y de la construcción del reconocimiento del mismo.
28. Actuar en el PRD conlleva a aceptar la política entreguista de Nueva
Izquierda que formalizó la relación con el gobierno calderonista a
través del difunto Mouriño. Sería compartir el camino del reconocimiento al gobierno de Calderón que Ortega Martínez hará de
éste, como ya lo hizo Acosta Naranjo cuando se sumó a las viudas
políticas de quien en su condición de extranjero, ostentaba de manera
ilegal la Secretaría de Gobernación y que se enriquecía al cobijo del
poder con Petróleos Mexicanos.
29. Permanecer en las filas del PRD sería desconocer que Jesús Ortega
Martínez no puede dirigir al Partido, que ni siquiera puede asistir a
un acto de masas, ni tampoco podrá recorrer el país, ni acercarse a la
militancia del mismo.
30. Continuar en el PRD sería negar lo que para nosotros es indiscutible:
que ningún hombre o mujer libre puede tolerar la imposición de
quien no ganó con los votos de la militancia la presidencia del PRD.
Por ello es que hacemos pública nuestra renuncia al PRD. Somos
fundadores del Partido. Dedicamos veinte años de nuestra vida a este
proyecto político partidario. Como tantos hombres y mujeres libres que
sumaron su esfuerzo para hacer del PRD un instrumento de lucha, de
transformación y de cambio, militamos en el PRD con pasión,
consecuencia, firmeza, honestidad y entrega.
Como tantos hombres y mujeres, nuestra procedencia es distinta, María
Fernanda Campa Uranga tiene toda una vida de lucha en la izquierda.
Participó en las Juventudes Comunistas, en el movimiento estudiantil del
68, en Punto Crítico y es un ejemplo de congruencia y consecuencia
política. Gerardo Fernández Noroña, desde el movimiento popular, llegó al
PRD como primera y única experiencia político partidaria. Ambos tuvimos,
en distintos momentos, oportunidad de estar en la dirección nacional del
Partido. Fernanda en los tiempos en que se ponía dinero de la propia bolsa
para las tareas partidarias y ni siquiera sueldo había; Gerardo en el tiempo
en que ganamos la Presidencia de la República. Horacio Flores Flores,
militante de la izquierda desde hace mas de 30 años, participó en Punto
Crítico, fue dirigente estudiantil y fundador del PRD en el Estado de Nuevo
León, donde hubo de enfrentar luchas difíciles en las que los principales
protagonistas en muchas ocasiones, fueron quienes convalidando al
gobierno de la represión, legitimaron la persecución en contra de los
luchadores sociales, en ese entonces, lo hicieron a través del PFCRN, el
PST y otros grupos autoproclamados de izquierda y hoy apoderados del
PRD, que juegan lamentablemente el mismo rol.
Dejamos atrás una larga trayectoria en el PRD, pero no dejamos, bajo
ninguna circunstancia, la participación política y la defensa de las mejores
causas del pueblo de México. Seguiremos trabajando, con un
comportamiento digno y consecuente, por alcanzar los sueños más caros de nuestro pueblo. No podemos, ni debemos olvidar, a los más de seiscientos
perredistas, hombres y mujeres, que dejaron su vida en la lucha contra el
fraude electoral, en su empeño por un México mejor y en la construcción
del Partido.
Llamamos a todos los militantes y simpatizantes del PRD a construir una
verdadera opción de izquierda en el país y a dejar el cascarón, a esa
burocracia corrupta, servil y entregada al gobierno usurpador y de derecha
que Calderón encabeza.
En momentos como éste, la actuación con firmeza y consecuencia debe
imponerse más temprano que tarde. La política al servicio de la gente, para
construir un México con libertades, justicia social y equidad tendrá que
triunfar.
La imposición de una dirección al servicio del gobierno usurpador al frente
del PRD es, sin duda, una derrota de la izquierda. Pero es una derrota a la
mala, producto de la traición y la barbarie. Por ello, no cuenta con nuestra
aceptación o complacencia. Frente a la imposibilidad de evitarla, nos queda
el camino de su rechazo tajante y sin medias tintas que es nuestra renuncia.
Confiamos en que al final, Ortega y sus aliados acaben en el basurero de la
historia y haremos todo lo que esté en nuestra mano, para que esta deshonra
y villanía, ni se perdone ni se olvide.
Dejamos en el PRD a compañeros y a compañeras, a amigos y amigas, con
los que seguiremos encontrándonos. Esperamos que ello sea pronto, bajo
un mismo esfuerzo partidario, ya que al PRD no le vemos rumbo ni futuro.
O más claro aún, le vemos el rumbo de la traición, el oportunismo y el
descrédito.
“DEMOCRACIA YA, PATRIA PARA TODOS”
María Fernanda Campa Uranga Gerardo Fernández Noroña Horacio Flores Flores
México, Distrito Federal, a 27 de noviembre de 2008

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