LA ENORME DEUDA DE PARTIDOS E INTELECTUALES CON LA SOCIEDAD
En los alegres análisis de la clase política e intelectual: ¿dónde quedamos los ciudadanos?
En la entrevista que sobre la Carta Magna, Carlos Urdiales le realizó a José Antonio Crespo, nuevamente se pudo percibir la misma retórica, en la que el concepto "poder ciudadano" queda completamente excluido, a pesar de ser la premisa fundamental de la genuina democracia: demos: pueblo, cratos: poder. Y en esto ha consistido precisamente la enorme deuda que los partidos políticos y muchos intelectuales --incluyendo algunos que se dicen "de izquierda"-- tienen hacia la ciudadanía. Por ejemplo, el Artículo 41, con todo y las inconsistencias que exhibe, estipula que la razón de ser de los partidos es promover una amplia participación ciudadana en la vida política, algo que evidentemente NO han hecho. Y muchos nos preguntamos: ¿ en qué emplean las cantidades millonarias que reciben y que provienen de los dineros que pagamos en impuestos? También nos preguntamos: ¿dónde está el reclamo de intelectuales y estudiosos como José A. Crespo, Lorenzo Córdova, entre otros, hacia ese incumplimiento por parte de la partidocracia y la elite oligárquica incrustada en el poder? No creen que tantos años de estudio y experiencia deberían ponerlos al servicio de la sociedad?
De acuerdo con el Sr. Crespo, para el establecimiento de un gobierno democrático --hablando aquí de democracia representativa y no participativa, que es la que permitiría un verdadero avance democrático-- la actual Constitución, con todo y sus cientos de remiendos, no permite el cambio del presidencialismo hacia un parlamentarismo en el que los partidos lleguen a acuerdos...y esto es todo! El cambio, desde la perspectiva de algunos intelectuales, sólo se circunscribe a lo mismo: juego politiquero, "acuerdos", "negociaciones" entre los mismos de siempre... cambios cosméticos para que todo siga igual.
Es decir, en estos alegres análisis, el factor ciudadanía participativa no cuenta en lo absoluto, sino que la "solución" para que en México la política deje de estar en manos de elites que, en virtud de sus acciones delincuenciales y violatorias de toda ley, se han transformado a sí mismas en mafias y por ello, esto no es una ofensa, sino una descripción fundamentada en hechos irrefutables-- sólo basta con cambiar del actual régimen presidencialista hacia uno semi o completamente parlamentario en el que l os ciudadanos continúen estando al margen.
Se les olvida a los intelectuales como el Sr. Crespo, que el ingrediente sine qua non para que nuestro país transite a una genuina democracia que pasa necesariamente por una equitativa distribución de la riqueza, una justicia No selectiva y un mandato real de la ciudadanía en cuanto a políticas públicas, es precisamente la directa participación de los ciudadanos en el diseño de dichas políticas. Esto no ha sido posible no sólo porque nuestra Constitución no se cumple, sino porque el "gobierno" (en manos de esa elite transformada en mafia y proveniente de una partidocracia corrupta y enquistada en puestos de gobierno) ha impedido dicha participación ciudadana mediante leyes secundarias como el COFIPE, publicado en abril de 1990, justamente bajo la administración de Carlos Salinas de Gortari...coincidentalmente. Este código, formulado en forma tendenciosa, viola los artículos 35 y 36 que establecen el derecho y la obligación de todo ciudadano mexicano, no sólo de votar, sino de contender para empleos de elección popular.
Por todo lo anterior, es indispensable una profunda revisión y enmienda del presente marco constitucional, que incluya, entre otras modificaciones, la adición de un artículo que incorpore como materia obligatoria la enseñanza de el cúmulo de garantías individuales --comprendidas en una Constitución surgida de un nuevo Constituyente que permita la transición democrática genuina-- desde el nivel primario hasta el universitario. Sin esta premisa fundamental, la participación de la ciudadanía en el gobierno del país que comprende, entre otras actividades esenciales, la vigilancia del quehacer de los empleados públicos por parte de la sociedad aunada a la revocación de mandato mediante la firma de un contrato que permita despedir al servidor público que incumpla con lo estipulado. Sin estos elementos legales y legítimos, la ciudadanía seguirá siendo marginada y limitada sólo a acudir a las urnas cada 3 o 6 años sólo para emitir un voto que será desechado o manipulado de acuerdo con la conveniencia de esa elite fraudulenta --como ocurrió el pasado 2 de julio-- y cuyos niveles de corrupción están conduciendo al país a una debacle que de no detenerse YA, ocasionará daños irreversibles.
El discurso estulto del usurpador Calderón Hinojosa devino en un insulto no sólo por ser un abogado, sino porque él y el flamante Secretario de Gobernación son esencial e irrefutablemente violadores de la ley y de los derechos y garantías individuales de millones de ciudadanos mexicanos! Es decir, estamos viviendo en México bajo un régimen fascista, que ha implementado en entidades como Oaxaca, un verdadero estado de terror, en complicidad con un sujeto de la ralea de Ulises Ruíz. Es decir, el grado de cinismo que ha alcanzado Calderón Hinojosa y miembros de su gabinete como el Sr. Ramírez Acuña --señalado como represor por instituciones nacionales e internacionales de derechos humanos-- supera el del mismo Vicente Fox, y por si eso no fuera suficiente, el espurio también parece estar sobrepasando a su antecesor en el nivel de estupidez supina.
El mundo al revés --como un buen amigo mencionaba-- es el que estamos atestiguando y es indiscutible que está en nuestras manos el logro de un cambio radical no sólo del marco constitucional sino de la manera en que los ciudadanos debemos percibir la forma de ejercer la buena política, en otras palabras, llegar al convencimiento de que nosotros somos los mandantes y los que elegimos son mandatarios, es decir, los que obedecen.
Señores intelectuales, es más factible --permítanme este lapsus de optimismo-- que ustedes respondan y salden la deuda que tienen con la sociedad, que las cúpulas partidocráticas...que así sea.
Patricia Barba Avila
Coordinadora de Medios y Organizaciones
Consejo Nacional de Comunicadores Ciudadanos, A.C.
Convención Nacional Democrática-Frente Amplio Progresista
En la entrevista que sobre la Carta Magna, Carlos Urdiales le realizó a José Antonio Crespo, nuevamente se pudo percibir la misma retórica, en la que el concepto "poder ciudadano" queda completamente excluido, a pesar de ser la premisa fundamental de la genuina democracia: demos: pueblo, cratos: poder. Y en esto ha consistido precisamente la enorme deuda que los partidos políticos y muchos intelectuales --incluyendo algunos que se dicen "de izquierda"-- tienen hacia la ciudadanía. Por ejemplo, el Artículo 41, con todo y las inconsistencias que exhibe, estipula que la razón de ser de los partidos es promover una amplia participación ciudadana en la vida política, algo que evidentemente NO han hecho. Y muchos nos preguntamos: ¿ en qué emplean las cantidades millonarias que reciben y que provienen de los dineros que pagamos en impuestos? También nos preguntamos: ¿dónde está el reclamo de intelectuales y estudiosos como José A. Crespo, Lorenzo Córdova, entre otros, hacia ese incumplimiento por parte de la partidocracia y la elite oligárquica incrustada en el poder? No creen que tantos años de estudio y experiencia deberían ponerlos al servicio de la sociedad?
De acuerdo con el Sr. Crespo, para el establecimiento de un gobierno democrático --hablando aquí de democracia representativa y no participativa, que es la que permitiría un verdadero avance democrático-- la actual Constitución, con todo y sus cientos de remiendos, no permite el cambio del presidencialismo hacia un parlamentarismo en el que los partidos lleguen a acuerdos...y esto es todo! El cambio, desde la perspectiva de algunos intelectuales, sólo se circunscribe a lo mismo: juego politiquero, "acuerdos", "negociaciones" entre los mismos de siempre... cambios cosméticos para que todo siga igual.
Es decir, en estos alegres análisis, el factor ciudadanía participativa no cuenta en lo absoluto, sino que la "solución" para que en México la política deje de estar en manos de elites que, en virtud de sus acciones delincuenciales y violatorias de toda ley, se han transformado a sí mismas en mafias y por ello, esto no es una ofensa, sino una descripción fundamentada en hechos irrefutables-- sólo basta con cambiar del actual régimen presidencialista hacia uno semi o completamente parlamentario en el que l os ciudadanos continúen estando al margen.
Se les olvida a los intelectuales como el Sr. Crespo, que el ingrediente sine qua non para que nuestro país transite a una genuina democracia que pasa necesariamente por una equitativa distribución de la riqueza, una justicia No selectiva y un mandato real de la ciudadanía en cuanto a políticas públicas, es precisamente la directa participación de los ciudadanos en el diseño de dichas políticas. Esto no ha sido posible no sólo porque nuestra Constitución no se cumple, sino porque el "gobierno" (en manos de esa elite transformada en mafia y proveniente de una partidocracia corrupta y enquistada en puestos de gobierno) ha impedido dicha participación ciudadana mediante leyes secundarias como el COFIPE, publicado en abril de 1990, justamente bajo la administración de Carlos Salinas de Gortari...coincidentalmente. Este código, formulado en forma tendenciosa, viola los artículos 35 y 36 que establecen el derecho y la obligación de todo ciudadano mexicano, no sólo de votar, sino de contender para empleos de elección popular.
Por todo lo anterior, es indispensable una profunda revisión y enmienda del presente marco constitucional, que incluya, entre otras modificaciones, la adición de un artículo que incorpore como materia obligatoria la enseñanza de el cúmulo de garantías individuales --comprendidas en una Constitución surgida de un nuevo Constituyente que permita la transición democrática genuina-- desde el nivel primario hasta el universitario. Sin esta premisa fundamental, la participación de la ciudadanía en el gobierno del país que comprende, entre otras actividades esenciales, la vigilancia del quehacer de los empleados públicos por parte de la sociedad aunada a la revocación de mandato mediante la firma de un contrato que permita despedir al servidor público que incumpla con lo estipulado. Sin estos elementos legales y legítimos, la ciudadanía seguirá siendo marginada y limitada sólo a acudir a las urnas cada 3 o 6 años sólo para emitir un voto que será desechado o manipulado de acuerdo con la conveniencia de esa elite fraudulenta --como ocurrió el pasado 2 de julio-- y cuyos niveles de corrupción están conduciendo al país a una debacle que de no detenerse YA, ocasionará daños irreversibles.
El discurso estulto del usurpador Calderón Hinojosa devino en un insulto no sólo por ser un abogado, sino porque él y el flamante Secretario de Gobernación son esencial e irrefutablemente violadores de la ley y de los derechos y garantías individuales de millones de ciudadanos mexicanos! Es decir, estamos viviendo en México bajo un régimen fascista, que ha implementado en entidades como Oaxaca, un verdadero estado de terror, en complicidad con un sujeto de la ralea de Ulises Ruíz. Es decir, el grado de cinismo que ha alcanzado Calderón Hinojosa y miembros de su gabinete como el Sr. Ramírez Acuña --señalado como represor por instituciones nacionales e internacionales de derechos humanos-- supera el del mismo Vicente Fox, y por si eso no fuera suficiente, el espurio también parece estar sobrepasando a su antecesor en el nivel de estupidez supina.
El mundo al revés --como un buen amigo mencionaba-- es el que estamos atestiguando y es indiscutible que está en nuestras manos el logro de un cambio radical no sólo del marco constitucional sino de la manera en que los ciudadanos debemos percibir la forma de ejercer la buena política, en otras palabras, llegar al convencimiento de que nosotros somos los mandantes y los que elegimos son mandatarios, es decir, los que obedecen.
Señores intelectuales, es más factible --permítanme este lapsus de optimismo-- que ustedes respondan y salden la deuda que tienen con la sociedad, que las cúpulas partidocráticas...que así sea.
Patricia Barba Avila
Coordinadora de Medios y Organizaciones
Consejo Nacional de Comunicadores Ciudadanos, A.C.
Convención Nacional Democrática-Frente Amplio Progresista
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